- 7 junio, 2017
- Posted by: BTODigital
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Los Presupuestos Generales del Estado ocupan miles de páginas y es el trámite más relevante en la actividad de un Gobierno. A pesar de su complejidad, en el fondo, todo se limita a que el Ejecutivo indique cuánto y en qué gastará el dinero y de dónde sacará los recursos para financiarlo. Gastos e ingresos. Afinar en la previsión de recaudación es clave para cumplir el objetivo de déficit público.
El Gobierno de Mariano Rajoy ha aprobado y ejecutado cinco presupuestos desde 2012 y, en todos ellos, ha sobreestimado los ingresos. Y hay motivos para pensar que el Presupuesto de 2017 que Hacienda llevará el martes al Congreso de los Diputados no será una excepción. El departamento de Cristóbal Montoro contempla que la recaudación tributaria alcanzará los 200.963 millones de euros, un 7,9% más que los ingresos logrados el año anterior. Se trata de una estimación muy optimista si se tiene en cuenta que el cuadro macroeconómico apunta a un incremento del PIB nominal del 4,1%. Es cierto que es probable que, finalmente, la economía y la inflación crezcan más de lo previsto. Aun así, un incremento de la recaudación del 7,9% resulta muy exigente. Si se cumpliera, sería el mayor aumento desde 2010, un año en el que los ingresos aumentaron un 10% tras registrar caídas de dos dígitos en 2008 y 2009 y espoleados por subidas fiscales como el incremento del IVA.
Para el ejercicio en curso, Hacienda no prevé ningún incremento en el IRPF o el IVA, los dos impuestos más importantes por recaudación. De hecho, el único cambio será la rebaja del IVA para los toros y el teatro, una medida con un impacto presupuestario mínimo. La declaración del impuesto sobre sociedades que se presenta en julio incorporará los cambios normativos aprobados en el real decreto de diciembre que limita la compensación de bases imponibles negativas y obliga a las empresas a tributar por los deterioros de cartera deducidos en el pasado. Hacienda calcula que ambas medidas elevarán en 4.655 millones la recaudación. El Gobierno aprobó esta subida fiscal tras comprobar que los ingresos del tributo que grava los beneficios empresariales se desplomaban en 2016 cuando la previsión era que aumentaran un 20%. Para 2017, Hacienda confía en que el impuesto sobre sociedades aportará 24.399 millones, un 12,6% más.
Por el impuesto sobre la renta, el Gobierno prevé ingresar 78.027 millones, un 7,7% más. Ni los incrementos salariales ni el ritmo de creación de empleo apuntan a un aumento tan notable, que sería el mayor desde 2007. Las mayores esperanzas del Gobierno están en el IVA, un tributo por el que Hacienda prevé lograr 67.463 millones, un 9% más. A pesar de que el consumo se ralentizará, el Gobierno cree que la recaudación del IVA crecerá el doble que en 2016. La previsión resulta muy optimista, incluso teniendo en cuenta que la inflación beneficiará los intereses de Hacienda. Si se cumpliera, el IVA aportaría el equivalente al 6,8% del PIB, el mayor nivel jamás registrado.
Los antecedentes invitan al escepticismo. El año pasado, el Gobierno ingresó 7.271 millones menos de los que presupuestó. El desvío ascendió a 4.103 millones y 4.763 millones en 2015 y 2014, respectivamente. El peor año fue 2013, cuando se recaudaron 9.000 millones menos de lo esperado. Sólo en 2012 se puede hablar de cumplimiento y ello se logró tras aprobar la mayor subida fiscal de la democracia. El desvío agregado suma 25.300 millones en los últimos cinco años.